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Enamorándome de mi esposa provisoria novel Chapter 77

Capítulo 77

Kathleen entendió que Wynnie venia de un lugar de preocupación.

-Gracias por tu comprensión, mama. Lo pensaré.

Wynnie respondió con un asentimiento solemne.

– Recuerda que no importa la decisión que tomes, mi marido y yo siempre estaremos de tu lado.

– Por supuesto.

-¿Por qué no me enseñas el lugar ya que es mi primera vez aqui? -Wynnie sonrió.

-Me acabo de mudar hoy y apenas conozco el camino. – Kathleen se sonrojó.

-¡Mucho mejor! Exploremos juntas -respondió Wynnie mientras tomaba la mano de Kathleen.

«Oh, querida, sus palmas se están congelando incluso con la calefacción encendida. ¡No deberia haber dejado que esa diablesa de Nicolette se fuera tan fácilmente!>>

Comenzaron su recorrido por la mansión y terminaron cuando el sol comenzaba a ponerse.

-¿Por qué no nos acompañas a cenar, mamá? -invitó Kathleen.

-Está bien, querida. Ya te he quitado demasiado tiempo.

No le gustaba ser la tercera rueda en su relación. Lo mejor era dejar que ambos resolvieran las cosas juntos.

Wynnie optó por una despedida rápida.

Kathleen acompañó a Wynnie a su coche.

-¿Sabes que Samuel tiene la intención de celebrar la ceremonia de la boda lo antes posible? – preguntó Wynnie mientras subia a su coche.

Kathleen inclinó la cabeza.

-Bueno, no es que haya nada que pueda hacer al respecto.

Wynnie lanzó un suspiro.

Samuel seguia sin saber lo más pertinente para volver a caer en gracia a Kathleen.

Era propio de el el estar irremediablemente anclado en sus propias costumbres. Al fin y al cabo, los malos hábitos son dificiles de erradicar. Habría sido poco realista esperar un cambio tan drastico de Samuel en tan poco tiempo.

-No te preocupes, ya que yo también ayudare con los preparativos de la boda. Samuel tendrá su parte de trabajo, pero prometeme que le echarás la bronca si no estás contenta con sus decisiones. No te lo guardes todo para ti.

– Claro, mama. Lo tendre en cuenta

-Sera mejor que entres ahora que el tiempo ha bajado. Me da escalofrios pensar en lo que Samuel me baria si pescaras un resfriado-bromeo Wynnie,

La cara de Kathleen se calento de vergüenza mientras miraba el coche de Wynnie mientras se alejaba.

Kathleen acababa de regresar al calor de su hogar cuando llegó Samuel.

Kathleen se puso de pie y camino hacia la entrada donde estaba Samuel, su cuerpo emanaba el frio residual del aire libre

-¿Hiciste la siesta de la tarde?

Kathleen bajó la cabeza en señal de asentimiento mudo.

Samuel le entregó su abrigo a Sebastian y procedió a rodear con su brazo el hombro de Kathleen.

-Vamos a comer. Hablaremos de nuestra boda después de la cena.

Kathleen se sintió agobiada por la resignación.

«¿Enserio tiene sentido una discusión? ¿Por qué no decidirlo todo tú mismo y acabar con las cosas?»> Si tuviera el valor de expresar sus pensamientos en voz alta…

Después de la comida, Samuel condujo a Kathleen al estudio para comenzar su discusión.

Kathleen estaba perdida.

Solia imaginar cómo seria su boda en su día. Ahora, sin embargo, parecia que no era más que una cáscara de su antiguo ser.

Todas sus esperanzas y deseos de una boda de ensueño se sintieron como si se hubieran estrellado contra un acantilado.

– Haz lo que creas conveniente. -Estas palabras salieron con frialdad cuando Kathleen se levantó y se excusó.

Samuel frunció las cejas. «¿Y ahora qué? ¿No es esto lo que quiere, tener voz y voto?>>

Justo en ese momento, el estridente timbre de su teléfono rompió el incipiente silencio.

Fue Wynnie.

-¿Qué pasa, mama? -Samuel gruno mientras se masajeaba las sienes.

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